¿Por qué el perfeccionismo es sinónimo de frustración?

¿Crees que eres una persona perfeccionista? ¿Sabes que ser perfeccionista puede ser negativo? Descubre la cara oculta del perfeccionismo y cómo éste puede afectar a tu salud mental. Son muchas las ocasiones en las que consideramos el perfeccionismo como un rasgo bueno de nuestra personalidad. Pero en realidad las personas perfeccionistas pueden llegar a tener bastantes problemas. Hasta en algunos casos ser perfeccionista se vuelve en contra de ellos, lo sé por experiencia.

¿Qué es ser un perfeccionista?

La persona perfeccionista es aquella que tiende a buscar la perfección en todo lo que hace, intenta mejorarlo una y otra vez. En psicología, el perfeccionismo consiste en la creencia de que se puede y se debe alcanzar la perfección. Y es una creencia porque la persona se convence de que cualquier cosa por debajo de su ideal de perfección es inaceptable.

El perfeccionismo en psicología se define como una característica de la personalidad que cuenta con dos vertientes: la favorable (cuando las personas perfeccionistas son responsables con su actitud) y la desfavorable (cuando surgen problemas como la ansiedad anticipada).

En este sentido ser perfeccionista, lo que es una enorme ventaja en algunos ámbitos, puede convertirse en un hándicap emocional que perjudica gravemente la salud del individuo, hasta el punto de devenir en un rasgo que anula la virtud inicial. En estos casos el perfeccionismo es sinónimo de frustración ya que puede producir una ansiedad que al mantenerse durante un tiempo, puede derivar en un trastorno  de la personalidad.

¿Eres una persona perfeccionista?

Los perfeccionistas tienen muchas características que pueden beneficiarlos en su día a día. Por otro lado, también sufren de algunos rasgos que pueden ser autodestructivos.

 

  1. Pensamiento de todo o nada. Las personas perfeccionistas acostumbran a tener la vista fija en las metas más elevadas y al trabajo duro para llegar a alcanzarlas. A pesar de que ésta es una buena forma de conseguir motivación, la realidad es que el perfeccionista puede llegar a no aceptar nunca nada que no sea perfecto, viendo sus logros como un fracaso.
  2. Autocrítico. La persona perfeccionista acostumbra a tener un crítico en su cabeza que constantemente está señalando todo aquello que hace mal. Además tienden a concentrarse en los errores e imperfecciones que detectan en ellos y acaban no viendo todo lo bueno que les caracteriza.
  3. Empujados por el miedo. Las personas que consiguen triunfar normalmente están atraídas hacia sus metas por el deseo que sienten por alcanzarlas. En cambio, una personalidad perfeccionista acostumbra a verse empujada hacia sus objetivos por el temor de no poder llegar a ellas.
  4. Falta de realismo. Son muchos los casos en los que los perfeccionistas acaban poniéndose metas casi inalcanzables. A pesar de que una de las claves del éxito es precisamente intentar aspirar a lo más alto, en la realidad una persona perfeccionista acaba teniendo expectativas muy poco realistas.
  5. Centrado en los resultados. Las personas que tienen éxito se centran en disfrutar de todo el proceso, mientras el perfeccionista sólo puede ver el resultado o la meta. De esta forma, están tan preocupados por alcanzar la meta y evitar el fracaso que no pueden disfrutar del proceso de crecer y esforzarse.
  6. Deprimidos por metas incumplidas. Uno de los rasgos más comunes de una personalidad perfeccionista es precisamente que a estos les cuesta poder recuperarse de sus propias decepciones. Tanto es así que estos tienden mucho a castigarse y a revolcarse en los pensamientos negativos que les surgen de sus metas fallidas.
  7. Miedo al fracaso: El miedo al fracaso es una de las características más visibles en una personalidad perfeccionista. Al tener la tendencia a ver lo malo de sus acciones, es muy probable que tengan un temor excesivo a fracasar.
  8. Procrastinación. A pesar de que parezca contradictorio, la realidad es que una persona perfeccionista tiene una clara tendencia a la procrastinación. Esto es debido a que su miedo al fracaso les impide empezar una tarea difícil con la que haya muchas probabilidades de no hacer a la perfección.
  9. Defensividad. A una persona perfeccionista no se le puede criticar su actitud ya que se lo toman, en la mayoría de los casos, a la defensiva. A pesar de que sean críticas constructivas, estos lo verán como que están señalando su imperfección.
  10. Baja Autoestima. Debido a su autocrítica constante y su falta de realismo, los perfeccionistas tienden a padecer de una baja autoestima. De esta forma, el perfeccionismo se retroalimenta con esta falta de autoestima dañando más la salud mental de sus afectados.


Si crees que tienes algunos de estos rasgos, es importante que trabajes en ellos ya sea con tus propias herramientas o con la ayuda de un profesional. El perfeccionista tiene que aceptar y regular ese atributo de personalidad, adquiriendo estrategias que neutralicen los aspectos desagradables del perfeccionismo.